Se marchó de Galilea
Jesucristo caminante,
Y llegó hasta Judea,
Seguido por centenares,
Cruzando el río Jordán;
Allí continuó curándoles.
Tenían los fariseos
Propósito de tentarle;
Le dicen: “¿A tu mujer
Es lícito repudiarle?”
Repondió Él: “¡Varón y hembra
Nos ha creado el Padre!
¿Jamás lo habéis leído?:
‘Abandonando a su padre
Y a su madre, se unirá
A ella en una carne’.
Ya no serán nunca dos,
Sino una sola carne.
Que lo que Dios ha unido
El hombre no lo separe”.
Entonces le replicaron:
“¡Moisés hizo tolerable
El divorcio!” Dijo Él:
“Conocía vuestros males,
Vuestros duros corazones,
Pero no es lo deseable.
Quien sin motivo repudia
A su mujer, un mal hace”.
Replicaron los discípulos:
“Conviene, pues, no casarse”.
“No todos entienden esto,
Sólo quien quiso el Padre;
Hay eunucos que vinieron
Desde el vientre de su madre,
Otros hechos por los hombres,
Otros por amor del Padre.
El que pueda escuchar
Que intente escucharme”.
Unos niños presentaron
Para que Él los besase,
Arrancando los discípulos
A reñir y a enfadarse.
Pidió Jesús: “Permitid
A los niños acercarse
A Mí, porque para ellos
Es el Reino de mi Padre;
También para los que son
Como ellos: Imitadles”.
Tras haberles bendecido
Volvieron a sus lugares.
Le vino un hombre joven
Diciendo: “Maestro bueno,
¿Cómo tendré vida eterna?”
“¿Bueno? Sólo Dios es bueno.
Si deseas esa vida
Cumple con los mandamientos”.
“¿Cuáles?” “No robar, matar,
No cometer adulterio,
Amar y honrar a tus padres,
No hacer vanos juramentos…”
“Todo esto ya lo cumplo
Desde que era pequeño”.
Le contesta Jesucristo:
“Pues si quieres ser perfecto,
Ve y vende cuanto tienes,
Dáselo a los hambrientos,
Entonces te ganarás
Un tesoro en el cielo,
Y vente siempre conmigo”.
Quedó el joven descontento
Al oír estas palabras,
Pues tenía gran dinero.
Jesucristo explicó:
“¡Qué difícil es el Cielo
Para los que son tan ricos;
Veréis entrar un camello
Por el ojo de una aguja
Antes que un rico en el Reino!”.
Los discípulos entonces,
Con miedo, enmudecieron.
“¡Quién es capaz de salvarse!”
Mas Jesús habló de nuevo:
“No hay nada imposible
Para Dios, Padre Eterno”.
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