Posteado por: zabulonlopedepega | marzo 21, 2011

Mt. 21

                                 Cerca de Jerusalén,                                

Del monte de los Olivos,

Envió el Señor Jesús

A un par de sus discípulos,

Con estas indicaciones:

“Llegad al pueblo vecino;

Hallaréis una borrica,

Y a su lado un pollino.

Traedlos. Si os preguntan,

Decid que los he pedido;

Entonces os dejarán.

Pues así dice lo escrito”.

Los discípulos hicieron

Como Él había dicho,

Y pusieron unos mantos

Sobre borrica y pollino.

Montado en los animales

Se pasea Jesucristo;

A ambos lados los presentes

Levantan ramos de olivo.

Van escoltando al Señor

A lo largo del camino,

Saludando y aplaudiendo

Con alborozado brío,

Con estas aclamaciones:

“¡Hijo de David! ¡Bendito

El que viene en tu nombre!

¡Aleluya, Jesucristo!

¡Santo, hosanna, hosanna!

¡Santo, hosanna, bendito!

¡Gloria en cielos y tierra!

¡Es el Hijo de Dios vivo!”

En la ciudad preguntaban:

“¿Quién provoca tantos gritos?”

“¡Es Jesús, el Nazareno,

Nuevo Rey de los Judíos!”.

 

Entrando Jesús al templo

Enseguida indignóse,

Y derribó muchas mesas

De cambistas y vendedores.

Espetó: “¡¿Qué habéis hecho

Con la casa de oraciones,

Que se asemeja más

A una cueva de ladrones?!”

A continuación Jesús

Realizó curaciones.

Viendo estas maravillas

Escribas y sacerdotes,

Y las bocas de los niños

Aplaudiendo con sus voces,

Reprendieron a Jesús:

“¡Mira qué dicen! ¿Lo oyes?”

“Sí. ¿Jamás habéis leído:

                          Los niños dirán loores                          

De alabanza y respeto,

Mucho más que sus mayores?”

Y salió hacia Betania

En donde pasó la noche.

 

Volviendo por la mañana

Sintió su tripa hambrienta,

Y a un lado del camino

Vislumbró una higuera.

Como aquel árbol frutal

Ningún fruto ofreciera,

Jesús quiso disponer

Que nada más le naciera;

Y así, inmediatamente,

La higuera quedó seca.

Los discípulos reunidos

Manifestaron sorpresa;

Entonces Jesús les dijo:

“Si una gran fe tuvierais,

Al monte daríais órdenes

Y ese monte las cumpliera.

Cuanto pedís por la fe

Vuestro Padre os lo entrega”.

 

Ancianos y sacerdotes

Ven a Jesús responder

Las preguntas en el templo;

Y van al de Nazaret

Con este interrogante:

“¿De quién viene tal poder?”

Les dice: “Una pregunta

Os quiero hacer también.

Si vosotros contestáis,

Luego yo responderé.

Cuando bautizaba Juan,

¿Lo hacía con qué poder?

¿Del cielo o de los hombres?”

No sabían responder:

“Si decimos que del cielo

Nos preguntará por qué

No creímos. Si decimos

Los hombres, hay que temer

A la vasta muchedumbre,

Pues un profeta le creen”.

Dijéronle a Jesús:

“No sabemos responder”.

Así que Él sentenció:

“Tampoco Yo lo diré”.

 

“Era un padre y dos hijos:

El mayor y el pequeño;

Al mayor mandó a la viña,

Él le respondió: ‘No quiero’;

Pero se arrepintió:

Y al final terminó yendo.

Al segundo le pidió

Lo mismo que al primero;

‘Ya voy’, contestó éste,

Pero no acudió luego.

¿Cuál hizo la voluntad

De su padre?” “El primero”.

“Pues parecido sucede

Con el Reino de los Cielos:

Publicanos, meretrices,

Van muy por delante vuestro,

Porque a Juan no le creisteis,

Pero ellos sí creyeron.

Aunque vosotros le visteis,

Ellos se arrepintieron”.

 

Siguió contando: “Un padre

Plantó una viña, con su torre,

Y un lagar. Se la arrendó

A unos pocos viñadores,

Y luego marchó viajando

A muy lejanas regiones.

En el tiempo de los frutos,

Mandó a esos señores

A sus criados, con el fin

De cobrar su parte. Golpes

Les dieron hasta matarlos,

Hasta con piedras enormes.

Envió de nuevo el padre

Más siervos a estos hombres,

Pero lo mismo hicieron.

Envió al hijo: ‘Mi nombre

No creo que lo ataquen’,

Pero le dieron estoque

Por tomar la herencia. ¿Qué

Hará con los viñadores?”

Replicaron: “Castigar

A todos los malhechores,

Y arrendará su viña

A viñadores mejores”.

“Habéis leído: ‘La piedra

Por los edificadores

Despreciada, es la piedra

Principal de todo bloque’.

El reino se quitará

A vagos y malhechores,

Y se le regalará

A los que más frutos donen.

Y sobre esta gran piedra

Se harán trizas los hombres”.

Le oían estas cosas

Fariseos, sacerdotes,

Y le quisieron prender,

Mas temían a sus hombres.


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