Saliendo Jesús del templo
Dijo a los que venían:
“Aquí no quedará piedra
Que no caiga demolida”.
En el monte de Olivos
Todos ellos inquirían:
“¿Cuándo será el fin del mundo,
La señal de tu Venida?”
Jesucristo contestó:
“Cuidaros de las mentiras.
Muchos vendrán en mi nombre
Diciendo: Soy el Mesías.
A muchos engañarán.
Llegarán malas noticias
De guerra, muchos rumores
De batallas fraticidas.
Pero continuad tranquilos
Mientras las guerras se libran;
Habrá hambres, terremotos,
Comienzo de la agonía”.
“Seréis torturados, muertos,
Odiados por causa mía.
Muchos escandalizados
Caerán en la malicia.
Muchos se confundirán
Con las falsas profecías,
Mientras por causa del mal
Su caridad se enfría.
Mas el que se mantuviera
Hasta el último día,
Ése sí será salvado,
Él ganará la partida.
Todos los pueblos del mundo
Oirán la Buena Noticia;
Y entonces vendrá el fin,
El último de los días”.
“Cuando sintiereis llegar
La desolación predicha
Por Daniel, sobre Judea,
Tened preparada la huida
Hacia los montes, y nunca
Tornéis atrás vuestra vista.
¡Pobres aquéllas que paran
Y las que estén encintas!
¡Ojalá que todo esto
Tenga lugar un buen día!”
“Habrá gran tribulación,
La mayor jamás habida;
Si esos días fuesen largos
Ninguno se salvaría.
Pero por los elegidos
Se acortarán esos días.
Hablarán falsos profetas
Y saldrán falsos Mesías,
Induciendo a errores
Con engaños y mentiras.
Cuando éstos os llamaren
No dejéis vuestras guaridas,
Porque como el relámpago
Que por todo el orbe brilla,
Así del Hijo del Hombre
Será la Triunfal Venida”.
“Tras esta tribulación
Del término de los días,
Se apagará todo el cielo,
Sin una luz encendida.
Entonces el estandarte
De Dios brillará encima,
Y las tribus de la tierra
Mirarán arrepentidas.
El Hijo de Dios vendrá
Con Majestad inaudita
Y sus ángeles enviados
Con trompetas salvíficas
A algunos convocarán
Desde las cuatro esquinas”.
“Por entender lo que digo
Pensad en una higuera:
Por sus ramas y sus hojas
Prevéis el estío cerca.
Igual, cuando veáis esto,
Sabed el fin a las puertas,
Porque en cualquier momento
Puede que esto suceda.
Cielo y tierra pasarán
Mas mis palabras se quedan”.
Os aseguro: “El día
Ni la hora nadie sabe.
Ni los ángeles del cielo
Ni el Hijo, tan sólo el Padre.
A los días de Noé
Será el fin semejante.
Poco antes del diluvio,
Los placeres terrenales
Consumían a la gente,
Hasta que llegó la nave.
Igualmente pasará
Cuando el final arribare:
Unos serán apartados,
A otros querrán salvarles”.
“Velad, velad sin descanso,
Pues la hora no se sabe.
¿Un atraco avisado
Permitiría un padre?
Debéis estar preparados,
Evitar sorpresas grandes.
Al siervo fiel y prudente
El buen señor le complace.
Si el mal siervo pensara:
‘Es posible que él tarde’,
Comenzando a beber
Y arrastrarse por los males,
Entonces vendrá el amo,
Cuando menos esperare,
Y le mandará al fuego
Entre dientes rechinantes”.
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